Los gobiernos utilizan diversos instrumentos de la política para impulsar el desarrollo de sus agriculturas. Aunque estas intervenciones afectan principalmente los precios relativos de los bienes y los factores que se usan en los procesos productivos, también impactan los precios que pagan los consumidores.
Hay países, como Japón o Corea del Sur, que estimulan sus reducidas agriculturas con altas intervenciones que afectan el precio al productor y, por consiguiente, el precio al consumidor final.
Según los cálculos de la Ocde, el diferencial de precios entre lo que reciben los agricultores de estas dos naciones y el correspondiente precio internacional es de casi el 100 por ciento, es decir, son de los más altos en el planeta. En estos casos las...