Por RAÚL E. TAMAYO GAVIRIA
Un cliente entra en un restaurante y solicita el almuerzo del día. Al degustar la sopa, hace mala cara y llama al mesero:
—Oiga, señor, esta sopa sabe a insecticida.
—¿Quién lo entiende a usted, señor? Ayer se quejó porque había una mosca nadando en su plato y ahora se queja del remedio.
Los tiempos cambian en Colombia. Después de la guerra de la Independencia, vinieron las guerras civiles y las diferentes constituciones que conformaron la historia de nuestra nación y la conformación de los diferentes partidos políticos.
Estos partidos se conformaron por las diferentes ideologías que cada sector defendía y vinieron entonces las discrepancias políticas, casi siempre con violencia partidista, que derramó mucha sangre de todos lados.
Vino luego la dictadura militar que calmó la violencia política, pero coartó las libertades, entre las cuales la más grave fue la libertad de expresión y de opinión. Eso ocasionó el cierre de los principales periódicos del país, que tuvieron que soportar la censura oficial de los contenidos noticiosos y de opinión.
Al caer la dictadura por la acción popular respaldada por la empresa privada y todos los gremios, que no soportaron la opresión de la bota militar, se unieron los dos partidos tradicionales y pactaron el Frente Nacional, un período de 16 años durante el cual el Partido Conservador y el Partido Liberal se turnaron el poder por períodos de cuatro años, eligiendo las corporaciones públicas, compartiendo igualitariamente las curules.
Los partidos tradicionales demostraron siempre su amor patriótico por Colombia en sus propuestas de leyes, ordenanzas, acuerdos y proyectos.
Al finalizar el Frente Nacional, vinieron los acuerdos políticos que permitieron el ingreso de las guerrillas de izquierda a la vida política y su apoyo al comunismo, que ya contaba con alguna fuerza electoral.
Con el desarme de los bandoleros, el más notorio de los cuales fue el M-19, que venía de los seguidores del dictador Gustavo Rojas Pinilla, vino la propuesta de una nueva Constitución. La Asamblea Nacional se eligió en 1991 y cambió nuestra Carta Magna.
La diferencia entre los partidos tradicionales, el Conservador y el Liberal, y los partidos de izquierda que se alinearon, unos más, otros menos, con los comunistas, pero siempre en contra del gobierno nacional, es que los primeros defienden la Patria, con su gobierno en sus diferentes matices, pero los partidos de izquierda odian a Colombia y propenden por sistemas extranjeros, sin importarles que atacan la independencia y beneficios que disfrutamos hoy los colombianos. Actúan en contra del pueblo, como algunos columnistas que atacan a los medios de información, que publican y pagan sus artículos de opinión, mordiendo la mano de quien les ofrece el pan, “pateando la lonchera”.
Con el regreso del Nuevo Liberalismo a la lid política y conociendo el pensamiento de Luis Carlos Galán, esperamos que se refuerce la democracia que propende por una mejor Colombia y otra alternativa para combatir a la izquierda destructiva y enemiga del país.
Ñapa: Dios permita que la salud del amigo y colega William Calderón, El Barquero, mejore con la intervención quirúrgica que recibirá este fin de semana .