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Raúl E. Tamayo Gaviria
Columnista

Raúl E. Tamayo Gaviria

Publicado

DOBLE MORAL PERIODÍSTICA

Por RAÚL E. TAMAYO GAVIRIA

rtamayo@une.net.co

En la década de los años ochenta, me encontraba en compañía de varios familiares en el aeropuerto de Villavillencio, cuando vimos que se desocupaba la pista principal de aeropuerto y se militarizaba todo el recinto de acceso, zonas de comidas, salas de espera, Ejército y Policía, ocuparon todo. En cuestión de media hora vimos llegar a la pista el avión presidencial 001 de la Fuerza Aérea.

Mis cuñados, mi esposa y yo, nos situamos frente a las ventanas para ver llegar al presidente Turbay. Una doble fila de soldados se formaron entre el edificio y el avión. Cuando se abrió la puerta, salió una dama militar, con un vestido de mujer, en su bolsa, y pasó por la “calle de honor” de soldados y detrás otras dos con ramos de flores.

Nadie más llegó en ese vuelo y media hora después volvió a salir.

Un avión presidencial de no sé cuántos pasajeros, manejado por la misma tripulación requerida para 50 o 60 personas para llevar el vestido de doña Nidia Quintero. Ningún periodista o columnista dijo nada ni criticó el hecho.

Ahora se alborotó el cotarro porque en un avión volaron los niños del señor Presidente a un paseo de cumpleaños a un centro recreacional y educativo en el Quindío. Vicky Dávila de Semana, fue una de ellas e invitó a su programa al asesor de comunicaciones de Palacio, Hassán Nassar, a que explicara el hecho.

Los carros, aviones, casas y edificios oficiales asignados al Presidente y sus familiares son para protegerlos y están al servicio de los mandatarios y sus parientes, así lo reconoció el Procurador y así lo dijo Hassán. Pero cuando el comunicador de Palacio le preguntó a Vicky si ella había montado con su esposo en el avión presidencial en la época de Santos, la prudencia, el control y la ética de la periodista, volaron en pedazos. Claro, a ella le encanta criticar, pero ella, que fue beneficiaria de invitaciones presidenciales del corrupto gobierno anterior, le dolió quedar mal en su propio programa y lo utilizó para ofender al funcionario, con un lenguaje vulgar y grosero, le prodigó 60 insultos. Los contó Hernán Ariza.

Me dio vergüenza de ver a una periodista a quien admiraba, con lenguaje calificado por otros colegas como de “verdulera”, Hassán, en cambio, aguantó el chubasco, valiente y prudentemente. Semana también quedó muy mal. Doble moral tienen ambos.

Y yo me pregunto, ¿qué es más grave, que los niños del Presidente vayan en el avión presidencial al Quindío o que la grosera Vicky Dávila se vaya con su esposo a Roma, vuelo intercontinental de varios días, en el mismo avión por mermelada santista?

Ñapa: Esta columna se une a la protesta mundial contra el asesinato de Juan Sebastián, un niño de siete meses de gestación. Un aborto a esa altura es el asesinato de un niño a punto de nacer y creo que en cualquier momento del embarazo. Los médicos de Profamilia y todos los abortistas son seguidores asesinos del rey Herodes.

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