El tipo detuvo su moto de bajo cilindraje y apariencia maltrecha de forma abrupta delante de un auto que frenó suavemente. Él y la niña, que venía de pasajera, se apearon al mismo tiempo. Se quitó el casco y se dirigió hacia el conductor del vehículo quién descendió la ventana. Hasta ahí nada permitía anticipar lo que siguió. Sin mediar palabra, agrede violentamente con el casco a la persona al volante del vehículo.
Los que presenciamos la escena quedamos pasmados. Yo estaba sentado almorzando en el restaurante de Horacio en el barrio Manila de Medellín, donde voy dos o tres veces por semana. En la mesa de al lado había una pareja mayor.
Después del primer golpe empiezan los gritos del motociclista reclamando una maniobra del carro en la que supuestamente...