Por Juan David Puerta Guzmán
La corrupción nos toca a todos, nos quita la posibilidad de que derechos fundamentales como la salud y la educación se garanticen y protejan; propicia el atraso y el sometimiento al subdesarrollo de nuestros territorios, privándonos de oportunidades que le aporten a una vida digna.
El corrupto abusa de su poder apropiándose en forma indebida de los recursos públicos, para favorecerse a nivel personal y en detrimento del patrimonio de la misma sociedad a la que pertenece y en la que vive, generando pobreza, violencia e inseguridad; perjudicándose a sí mismo y a los suyos, pues lo que a esa sociedad le suceda nos afecta a todos, además el corrupto se pierde del placer de disfrutar del dinero bien habido y las ganancias...