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El conocimiento económico es un elemento importante de la sociedad que no se refiere únicamente a la llamada teoría económica, el saber que adquieren los economistas profesionales en el ámbito académico. Tampoco se puede garantizar que todo el conocimiento económico lo produzcan los economistas, como se ha visto en algunos premios nobel recientes, o que el conocimiento económico de la academia sea el estándar definitivo.
El hecho es que existen unas representaciones económicas populares que se diferencian de la teoría económica, definida como una ciencia que estudia el comportamiento económico de agentes racionales. El común de las personas toma decisiones en su vida diaria (ahorrar, adquirir créditos, comprar o vender dólares, adquirir bienes durables) con base en esas representaciones, que no son otra cosa que las ideas simplificadas de la teoría económica.
Hablar de simplificación no es peyorativo. Esta se da porque la difusión de las ideas económicas es complicada. Las teorías y modelos económicos a pesar de su carácter pedagógico no son fáciles de asimilar. En parte, porque se contraponen a lo que las personas piensan, basadas en su propia experiencia y también porque consideran que el discurso abstracto, con conceptos utilizados de manera técnica y con una avalancha de cifras, es difícil de digerir.
A pesar de esos bloqueos y dificultades los colombianos tienen cada vez más contacto con los conceptos de la economía. Las ideas económicas básicas provienen a veces de ideas transmitidas de generación en generación (adquirir vivienda da seguridad), noticias y consejos. Ya hay más elaboración en los cursos introductorios en secundaria. De forma más sistemática, en muchas carreras universitarias diferentes a la economía se reciben cursos de diferentes niveles de esa materia en el pregrado.
También hay libros, fruto del esfuerzo de quienes se preocupan por la labor pedagógica y la difusión de la economía básica, con énfasis en la realidad de los lectores colombianos. Son textos de fácil consulta. Recientemente, el libro de Eduardo Lora (Economía Esencial de Colombia) o el de Juan Manuel Ospina (Economía para no economistas) hacen presentaciones muy claras de los principales conceptos económicos. Lora y Prada, además, tienen un libro fundamental para quienes tienen que trabajar con estadísticas económicas colombianas (Técnicas de medición económica).
La lista es larga, pues están los esfuerzos del Banco de la República para difundir los conceptos e ideas económicas con libros físicos de introducción a la economía o con consultas a los portales web, al igual que los libros de introducción a la economía colombiana de Fedesarrollo. El esfuerzo pionero fue un viejo libro de Fescol (Economía para todos), que ya no se consigue. Existen otros mecanismos de difusión de los conceptos de la economía en talleres de empresas y cursos de formación continua y, cada vez más, en servicios pagados en portales de temas económicos. Hoy en día, con las posibilidades que brinda la internet es muy fácil tener acceso a diferentes recursos en línea para la formación básica en economía. La dificultad es escoger bien en la avalancha de información.
Es conveniente para la sociedad la difusión de las ideas económicas básicas y la educación financiera. Previene que los hogares cometan errores que les pueden costar muy caro, como entrar en una pirámide, ser estafados o caer en las redes de los agiotistas.
