Hace 25 años caía estrepitosamente el infame Muro de Berlín: el comunismo soviético sufría la más sonora derrota y sus ecos los recogería en 1992 un politólogo norteamericano de origen japonés, Yoshihiro Francis Fukuyama bajo el rimbombante título de El Fin de la Historia y el último hombre. Según su propuesta, el fracaso del comunismo como alternativa al capitalismo dejaba sin dinámica a la historia, siempre en movimiento gracias a la contraposición hegeliana de tesis, antítesis y síntesis. Pero no fue así y la resultante hegemonía norteamericana ahora está en discusión. Mientras el impetuoso Putin quiere recobrar el esplendor ruso en el panorama mundial rediseñando las fronteras de Eurasia y los pacientes chinos proyectan su poder económico...