A propósito del próximo Foro Mundial de la Bicicleta, es bueno entender por qué en otras ciudades el uso de este aparato es tan exitoso. Para empezar, hay que ver la forma como los conductores de vehículos entienden la vía: no se consideran los dueños de ella, sino un usuario más, que la comparte con otros que tienen prelación por estar en condición más vulnerable: el peatón y el ciclista.
En Roma, por ejemplo, una ciudad atestada de turistas, con un trazado de vías bastante irregular, que todos los días del año está colmada de peatones y de muy buena cantidad de ciclistas (que ante el tráfico endomoniado prefieren la bicicleta), los conductores toleran a los ciclistas y se detienen ante el peatón. No compiten con ellos ni van contra ellos; no...