Camilo José Cela (1916-2002,), en su novela “La familia de Pascual Duarte” escribió: “Dedico esta edición a mis enemigos, que tanto me han ayudado en mi carrera”. Esta dedicatoria indica que Cela no guardaba resentimientos, sino que convertía la ofensa en oportunidad para crecer y avanzar, hasta el punto de obtener a los 73 años (1989) el premio Nobel de Literatura. Admirable.
El pasado no existe, existió. Pero el pasado tiene presente. El modo como yo vivo el pasado en el presente, es el presente del pasado, llamado resentimiento si cultivo mi memoria en alimentar de modo continuo un acontecimiento ingrato.
Un acontecimiento, por ingrato que sea, como violación, mentira, deslealtad, estafa o difamación, tiene el valor que yo le doy, sabiendo...