Por Ferney Alonso Giraldo C.Universidad Católica de OrienteFacultad de Teología, 8° semestreferalogircas@gmail.com
Quienes trabajan en el campo de la ciencia humana, no pueden desconocer la sed espiritual que inunda a las personas.
Aunque la época del bienestar ha focalizado su realización en la obtención de bienes, el mundo entero sigue buscando experiencias que produzcan un sentido más profundo.
Este fenómeno lo podríamos llamar la renovación de la mística. Aquel camino que abre al hombre al horizonte de lo trascendente, inclusive en las actividades más cotidianas.
La mística nos informa sobre lo que los latinos llamaban Pulchrum (lo bello). Aquello que es digno de contemplar. Ya lo afirmaba Dostoievski: La belleza salvará al mundo.
Un maestro...