Se ha venido exagerando, con diversas razones, la supuesta excepcionalidad de las elecciones que se llevarán a cabo en el 2022. Es verdad que la pandemia del Covid-19 marcó una inflexión en todas las sociedades, tanto en el funcionamiento de la economía y sus impactos en términos del empleo y los ingresos –especialmente para los sectores más desfavorecidos-, así como en las medidas tomadas por los diversos gobiernos acerca de cómo enfrentarla, todas ellas discutibles. Pero de allí a considerar que esto incidirá sustancialmente en el proceso electoral del 2022, es posiblemente una exageración.
Algunos sectores de la izquierda política y social, con la legítima aspiración a ser y ejercer gobierno, hacen sus propias elucubraciones; hablan de que...