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La desfinanciación de los comisarios y mecanismos de justicia cercana al ciudadano nos dejan en el peor escenario: resolver diferencias vía la ilegalidad y la fuerza.
Por María Bibiana Botero Carrera* - www.proantioquia.org.co
En elecciones tendemos a concentrarnos en las fichas y no en el tablero. La Encuesta de Percepción Ciudadana de Medellín Cómo Vamos en su versión 18 nos permite ver esa foto, esa realidad. Reconocer que la evidencia nos muestra que esta Medellín de hoy tiene profundas heridas sociales y de desconfianza que golpean unas instituciones queridas y valiosas que tendrán que levantarse de nuevo.
Las cifras ciudadanas reflejan un retador panorama: 28% de los consultados expresa no haber podido tener sus tres comidas diarias. Es la cifra más alta desde que se pregunta en 2006. Además, ocho de cada diez encuestados consideran que el nivel de corrupción en Medellín se mantuvo o empeoró en 2023.
La baja en la confianza en las instituciones es un dolor que tendremos que sanar y dedicarle toda nuestra atención: las Comisarías de Familia tienen la imagen favorable más baja de los años recientes, pasaron de 84% en 2020 a 54% en 2023. Es duro, porque este es un escenario al que se acude en busca de la solución legal de los conflictos del día a día. Si los ciudadanos han perdido ahí su confianza vale la pena preguntarnos qué mecanismos están usando para dirimir sus problemas. Y, además: ¿en manos de quién queda la convivencia en los barrios? La desfinanciación de los comisarios y mecanismos de justicia cercana al ciudadano nos dejan en el peor escenario: resolver diferencias vía la ilegalidad y la fuerza.
El coletazo de las cifras a la baja en la confianza también tocó a EPM con una favorabilidad actual de 74%, doce puntos porcentuales menos que en 2021; el Área Metropolitana pasó de 92% en 2020 a 69% hoy en día, y el INDER que estaba en 96% en 2019 pasó a 77% en 2023.
La desidia ante los escenarios o espacios públicos también se sintió en la percepción ciudadana: alumbrado, parques y andenes. Por primera vez, en 17 años desde que se hace la medición, la satisfacción con las zonas verdes cayó a 47%, el año anterior se ubicó en 63%. Con respecto a las luminarias el bajón también es evidente: de 70% en 2022 a 55% este año.
A la sensación de descuido se suma la de la inseguridad: 58% de los medellinenses se sienten intranquilos.
Este es el tablero de la realidad, en el que nos jugamos el futuro de nuestra ciudad. Por fortuna la ilusión de Medellín es inquebrantable: la mayoría de los consultados -55%- consideró que el año entrante será mucho mejor.
Para que este deseo se cumpla la tarea es para todos: organizaciones sociales, culturales, academia, sector privado, jóvenes, mujeres y por supuesto lo público. Esta ilusión necesita acción, trabajo en equipo con rigor, poniendo los ojos en lo esencial, en no dejar a nadie atrás y volvernos a encontrar en un proyecto colectivo.
Proantioquia y los empresarios antioqueños somos un aliado del desarrollo, de las causas sociales del departamento. Medellín y Antioquia necesitan una ciudadanía crítica y participativa.
¡Estamos listos para sumar!
*Presidenta Ejecutiva Proantioquia