Un cuento del escritor Kent Nerburn me hizo reflexionar sobre la empatía, otro valor clave durante estos tiempos. “Hace veinte años me mantenía trabajando como taxista. Cuando llegué a la dirección indicada, había solamente una luz en una ventana en la planta baja. Normalmente viendo algo así un conductor toca la bocina una o dos veces, espera un minuto y luego se va. Sin embargo ya había visto a mucha gente que vive en la pobreza y a veces no tenían otra opción que llamar a un taxi para poder llegar...