Suena a adivinanza. Uno es un presidente latinoamericano de izquierda y el otro es un ultraderechista de Estados Unidos.
Uno ganó las elecciones en México defendiendo a una mayoría olvidada y otro lo logró haciendo comentarios racistas en contra de los inmigrantes mexicanos. A simple vista parecería que Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump no se parecen en nada. Pero coinciden en un asunto: su visión a largo plazo sobre la inmigración.
López Obrador no quiere que los mexicanos se tengan que ir de México a trabajar a Estados Unidos. Y Trump no quiere que lleguen más inmigrantes indocumentados a Estados Unidos. En ese punto los dos se dan la mano.
“Yo tengo un sueño”, dijo el presidente mexicano en una de sus conferencias de prensa a las siete...