Acertó la administración municipal de Medellín al plantear el debate público sobre la ampliación de los objetivos empresariales de EPM. Es urgente y necesario modernizarla para capacitarla en la búsqueda de nuevos negocios que plantea un mundo globalizado, altamente competitivo, lleno de expectativas y oportunidades, solo conquistable a través de la ciencia y la tecnología.
La sensatez y la objetividad para lograr la reforma de los estatutos de EPM se imponen en el debate. Es una discusión necesaria e inaplazable para que se acierte finalmente en lo que se quiere: matricularla en las grandes ligas de las instituciones públicas, para que compita, sin dar por supuesto saltos al vacío que la precipiten a la decadencia.
Como toda institución que aspire a actualizarse a través del aprovechamiento de recursos que andan sueltos por los mercados internacionales en busca de asociaciones para desarrollar negocios productivos y responsables, EPM requiere de nueva normatividad que la blinde jurídica y financieramente para lograr tales propósitos. Sabe que tiene suficientes ventajas comparativas y competitivas, que dan la ciencia y la naturaleza, para ser una empresa rentable y atractiva. Comprende que no puede quedarse a la zaga de las exigencias de un mundo, aldea global, en arrolladora como acelerada transformación. Aprovechar sus fortalezas, para desarrollar una mayor cobertura de sus iniciativas a través de la explotación de nuevas tecnologías.
El debate es bien interesante. Y para hacerlo productivo es necesario que se realice con las fuerzas sociales, políticas, gremiales, académicas, sin caer en polémicas populistas y tremendistas, que con la demagogia desnaturalizan su trascendencia. Impulsar la discusión con racionalidad, creatividad, para que la decisión lleve a otorgarle dientes a EPM para competir en un mundo lleno de oportunidades y posibilidades. Discutir encontrando caminos que conduzcan a las coincidencias que la fortalezcan, en vez de rupturas o egoísmos que la erosionan.
En las democracias, los disensos conducen a los consensos, verdad de Perogrullo, lo que facilita las respuestas a los desafíos que plantea la llamada cuarta generación de la revolución industrial. Darle a la institución, como fruto de la polémica, la oportunidad de ingresar al mundo del progreso que se mueve a través de la competencia, cimentada en la innovación, la ciencia y la capacidad de sus recursos humanos.
Dentro de la lista de opciones de negocios presentada por la administración de Medellín al escrutinio público, destacamos como positivos los que buscan no solo impulsar alianzas estratégicas empresariales de alta y sofisticada tecnología, sino diversificar la oferta de sus servicios con energías limpias y renovables, la extensión de acciones a las áreas rurales para reactivar el respeto y la vocación por la tierra, la naturaleza proveedora de su materia prima, el agua. Conservarla, cuidarla para generar energía, deportes y turismo. Impulsar la reforestación y planes de responsabilidades y equilibrios ecológicos para proteger el medio ambiente, cuya destrucción ha contribuido a desatar tantas calamidades como la de las pestes que han tenido y hoy tienen al mundo al borde del colapso síquico, económico y social.