Por Jorge Castañeda
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La incredulidad es lo último que muere, no la esperanza. ¡Cuánta gente en México y en Estados Unidos no ha proclamado en los últimos meses que Donald Trump jamás podrá cumplir con sus promesas de campaña!
¡Cuántos expertos y funcionarios de ambos países no nos tranquilizaron, demostrando con sesudos análisis que jamás las grandes empresas norteamericanas sujetarían sus decisiones de negocios a los estados de ánimo del ocupante de la Casa Blanca! ¡Cuántos empresarios no nos explicaron que si Washington aplicaba las equivocadas teorías económicas proteccionistas de Trump, se dispararía en el pie, dañaría a la economía y el empleo norteamericanos, y que por lo tanto jamás sucedería algo por estilo!...