Amable lector. Escribir sobre hechos y personas que hicieron parte de la historia de los pueblos, no es fácil y mucho menos emitir juicios ajustados a la realidad. Hace poco el Partido Socialista Obrero Español obtuvo un triunfo que no lo consiguió durante la Guerra Civil española. Francisco Franco, quien fue enterrado en el majestuoso Valle de los Caídos, construido por él para albergar los restos de quienes lucharon durante esa contienda, por orden del PSOE, fue exhumado y trasladado por su familia a un discreto lugar.
Una breve reseña sobre esta guerra, tal vez aporte una versión diferente de la que ha prevalecido durante los últimos años. España, luego de la dictadura del general Miguel Primo de Rivera (1930), entró en un periodo de luchas internas entre políticos y personas de muy diferentes tendencias. Parte de la población sentía odio contra los terratenientes, grandes empresarios, sector financiero y la Iglesia Católica.
Luego de aprobarse una nueva constitución, presidida por Manuel Azaña (1931), escritor e intelectual, en la que participaron Indalecio Prieto, Francisco Largo Caballero, Juan Negrin y algunos miembros de derecha, al final solo quedaron comunistas, socialistas y anarquistas, que representaban el gobierno republicano de ese país.
En la oposición estaba la derecha con José María Gil Robles, la monarquía con José Calvo Sotelo y la falange con el carismático José Antonio Primo de Rivera En 1936 se produjeron múltiples asesinatos, entre otros los de José Calvo Sotelo y José Antonio Primo de Rivera, ejecutados por los republicanos y de otra parte el poeta Federico García Lorca. Largo Caballero entregó armas a las clases obreras, que llenas de odio asesinaron a más de 6.800 miembros del clero, entre otros a Jesús Aníbal Gómez, natural de Jericó, a muchos les cortaron los genitales y numerosas iglesias fueron destruidas.
Los republicanos sacaron de las cárceles a presos opuestos, los ajusticiaron en un lugar llamado Paracuellos, se estiman en más de 2.400. Uno de los mayores responsables fue Santiago Carrillo. Desde esa época se conoció por su vehemencia a Dolores Ibárruri (La Pasionaria).
Ante esto la mayor parte del ejército se sublevó. Entre otros generales figuraron Emilio Mola, José Sanjurjo, José Enrique Varela, Juan Yagüe y Francisco Franco, quien se distinguió por su disciplina, valentía y capacidad de mando. Del lado republicano se destacaron los generales José Miaja, Vicente Rojo y Segismundo Casado. Durante tres años se luchó con gran ímpetu. Hubo batallas célebres donde triunfaron los republicanos, en otras los nacionalistas, al final se impuso el ejército de Franco. España quedó semidestruida. Los muertos se han estimado en cerca de medio millón. La mayoría de los jefes republicanos se refugiaron en Francia, en México, Negrin y Prieto.
Se han escrito miles de páginas sobre esta sangrienta guerra. Uno de los libros de mayor difusión fue escrito por George Orwell, que resalta con dureza la participación de los comunistas. Franco salvó a España de las garras del comunismo y de José Stalin, el mayor asesino de la humanidad. A pesar de todo Carrillo y la Pasionaria murieron en la cama. La izquierda no perdona ni a los muertos.