La actitud hacia la globalización se ha convertido en un motivo de discordia entre los gobiernos de las naciones industrializadas y de controversia política a nivel interno en algunas de ellas. A ese estado de cosas han hecho una contribución notable la decisión del Reino Unido de retirarse de la Unión Europea y el giro hacia el nacionalismo aislacionista en Estados Unidos.
Para el gobierno británico, el asunto diplomático prioritario es encontrar una fórmula aceptable para sus socios que le permita conservar el acceso privilegiado al mercado ampliado, al tiempo que restringe el ingreso de ciudadanos de la Unión Europea. En Estados Unidos, el rechazo al libre comercio y la animadversión hacia los inmigrantes están deteriorando las relaciones...