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Recibí un mensaje muy diciente en una foto de Whatsapp.
En una tabla de madera, una fila de clavos a medio clavar. Todos los clavos torcidos, con excepción de uno que está derecho y detrás un martillo que trata de golpear solo al clavo derecho. Una leyenda muy clara dice en la parte superior: “Solo se golpea a los derechos”.
Y es lógico, si se pretende clavar un clavo sobre una tabla, solo clavando un clavo derecho se logra el objetivo, porque clavando los torcidos no entrarían en la madera, sino que se aplastarían sobre la tabla.
Pero el mensaje no es tan obvio. Yo entendí que las fuerzas del mal no golpean a los malos, esas fuerzas se ensañan siempre contra los buenos; es decir, contra los derechos.
Por eso en las redes, en las revistas y en muchos periódicos, en la radio y la televisión, vemos y escuchamos artículos, noticias, comentarios, calumnias, contra los buenos.
Se escribe, se comenta, se inventan calumnias, sobre el Santo Padre Francisco, sobre monseñor Ricardo Tobón, nuestro arzobispo de Medellín. Se ataca a nuestro presidente Iván Duque Márquez, que no ha cumplido seis meses de posesionado en el Solio Presidencial, y ya los opinadores lo han calificado de inexperto, de novato, de que le falta mucho.
Pero lo que el joven presidente está demostrando es que tiene un gran conocimiento del país que encontró. Sin hacer mucho escándalo del estado desastroso de las finanzas que recibió, asumió las críticas que recibió su ministro de Hacienda, que pretendió aliviar las finanzas del país con una ley políticamente negativa, como fue la de Financiamiento para presentarla a un Congreso que sin recibir “mermelada” ni ofrecimientos, le hizo unos retoques y le ayudó con un alivio presupuestal de siete billones y medio de pesos, sin tocarnos las pensiones.
Afortunadamente el presidente del Congreso, Ernesto Macías, el día de la posesión presidencial, el siete de agosto, fue muy claro en contarnos sobre el desastre de país que recibía. Inclusive, en estas mismas páginas criticamos que el presidente Duque empezara su gobierno con la misma cúpula militar que acompañó al anterior presidente, pues cada torero torea con su cuadrilla, pero de hace seis meses a esta parte y con los cambios realizados en la cúpula militar y en su política exterior, Colombia ha dado la vuelta en seguridad. A pesar de que los ataques de los bandidos terroristas han continuado, la gente confía más en su gobierno.
Los países vecinos han apoyado las decisiones del gobierno colombiano y las relaciones de Colombia con Venezuela y su narcodictador han tomado un rumbo diferente y ahora Colombia es el abanderado de la política exterior de la región.
Debo destacar la fortaleza de los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores. Y la intervención definitiva de nuestro embajador ante la OEA, Alejandro Ordóñez. Hay otras ministras, como la de Justicia, que hay Dios mío.
Ñapa: La ministra de Justicia y su carta sobre los delitos de Santrich, que se quedó en Panamá, es una vergüenza que no se puede quedar así. Como tampoco aceptar los protocolos santistas farianos.
