Tal vez sucede porque estamos hechos de tierra y lluvia, como dijo Neruda. O porque ver el color de estos árboles vence el aburrimiento y calma los seres briosos en las horas de cemento y polución. Para muchos, no importa cuánto tiempo hayamos vivido en Medellín, es emocionante caminar sobre una alfombra repentina de flores amarillas o simplemente ver esos guayacanes que a veces aparecen en un costado de la vía y si te descuidas, hasta pueden hacer que alucines. La fascinación de la gente por ellos hace que aparezcan en fotografías emblemáticas de la ciudad o que su nombre sirviera de título para un musical que narra la historia de Medellín y se presentó el año pasado.
Últimamente es posible ver cómo crecen más guayacanes en nuestras calles....