Estamos hechos de tiempo. Casi imposible de definir. Relativo. Intangible. Explicado a través de fórmulas complejas cuyo misterio nos ha consumido. La ciencia, la filosofía, la poesía, la historia son herramientas de búsqueda permanente. Vamos tras la explicación pura, comprobable, medible, de esto que somos: la conjunción de pasado, presente y futuro. Pero el tiempo no tiene fórmula absoluta. No existe un orden y comprenderlo requiere no sólo una enorme capacidad de imaginación, sino una conciencia especial de la experiencia de vida.
No se aprecia tanto el tiempo como cuando se vuelve escaso. Hay días que se escurren, como si tuviesen forma fluida. Casi se pueden sentir los minutos entre los dedos, entrando por los poros, haciéndonos partícula,...