Querido Gabriel,
Cientos de millones de personas en el mundo piensan que las grandes empresas son algo así como unos tigres hambrientos que andan sueltos, que son organizaciones agresivas, abusivas y ventajosas. Si pedimos a un auditorio que nos ayude a completar una expresión de dos palabras, siendo la primera “capitalismo”, ¿cuántas veces crees que la segunda será, mayoritariamente, “salvaje”? Diferentes encuestas muestran una creciente desconfianza, sobre todo entre los jóvenes, en estas organizaciones. El cariño por las empresas se erosiona lentamente y así se abona el terreno para populismos o experimentos económicos probadamente desastrosos.
¿Qué tal si en lugar de quejarnos, invitamos una tertulia para buscar posibles caminos? ¿Será que...