Síguenos en:
Aldo Civico
Columnista

Aldo Civico

Publicado

Incomodar

Por ALDO CIVICO

aldo@aldocivico.com

Después del almuerzo, ya era hora de regresar al auditorio. En los pasillos, quien fue el reconocido líder de la guerrilla de las Farc se acerca a una mujer, una ama de casa. La saluda y le dice “Yo tenía muchos deseos de conocerla a usted”. Sorprendida, ella levantó sus ojos, notó su estatura, su mirada, su barba canosa, y dijo, un poco seca “No veo para qué quería conocerme a mí, una ama de casa, a que no sea que quiera intercambiar recetas de cocina conmigo”. Fue en aquel momento que ella posó su mirada en la escarapela que colgaba del cuello de su interlocutor. Leyó el nombre de un reconocido líder de las Farc. Se detuvo, lo volvió a mirar y dijo “Usted y yo sí tenemos una cosa en común”. El exguerrillero la miró sorprendido. “¿Qué es?” preguntó. “Usted y yo somos incómodos para muchas personas”, dijo el ama de casa. “Nosotros entramos a un espacio público y sentimos cuanto incomodamos. Nos miran, chichean, y nos vuelven a mirar. Entonces me emociona mucho que se me haya acercado”. El exguerrillero y el ama de casa se quedaron charlando un rato.

Fue un encuentro inesperado, casual. De hecho, los dos protagonistas de esta anécdota intercambiaron palabras para conocerse y no para lastimarse. Para acercarse, y no para alejarse. Dos distintas y opuestas trayectorias de vida, que lograron encontrarse y entrelazarse en aquel momento. El ama de casa y el exguerrillero se dieron permiso de incomodarse, saliéndose de sus hábitos de pensamientos y juicios. El ama de casa, quien me compartió este episodio, también me contó una anécdota de Fernando González, quien durante un paseo a una montaña en compañía de un amigo, viendo a tres prostitutas bajando por el camino, dijo “Allá vienen las putas del pensamiento”. Estos, comentó el ama de casa, no son nada más que los hábitos de pensamiento en los cuales nos embarcamos, y que no somos capaces de soltar. “Son los hábitos que nos impiden otra mirada, otros diálogos”, dijo. Reflexionando sobre su encuentro con el exlíder de la guerrilla, agregó “Escuchar no es un verbo pasivo. Es un verbo activo. De hecho, escucharnos obliga a dejar de lado las ideas comunes, a desprendernos un poco de lo que somos y a entender al otro, incluyendo el contexto desde donde habla”.

El ama de casa me dejó aquella noche una gran lección. Sentí en la anécdota que me compartió una invitación a incomodarme y a incomodar. Es decir, a dejar la pereza intelectual que se alimenta de hábitos de juicio, e inspirar a los demás a hacer lo mismo. A dejar de descargar los pensamientos y los miedos de siempre, para ver de nuevo; para re-conocer y apreciar; para poner atención no solo a los pensamientos, sino también a los procesos que los forman. Decía David Bohm, que el diálogo libre, “puede ser una de las formas más efectivas de investigar la crisis que enfrente la sociedad, y, de hecho, la totalidad de la naturaleza”.

Porque entre varios ojos vemos más, queremos construir una mejor web para ustedes. Los invitamos a reportar errores de contenido, ortografía, puntuación y otras que consideren pertinentes. (*)

 
Título del artículo
 
¿CUÁL ES EL ERROR?*
 
¿CÓMO LO ESCRIBIRÍA USTED?
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO

Datos extra, información confidencial y pistas para avanzar en nuestras investigaciones. Usted puede hacer parte de la construcción de nuestro contenido. Los invitamos a ampliar la información de este tema.

 
Título del artículo
 
RESERVAMOS LA IDENTIDAD DE NUESTRAS FUENTES *
 
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Teléfono
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO
LOS CAMPOS MARCADOS CON * SON OBLIGATORIOS
Otros Columnistas