El negocio está por encima de todo, incluso de la salud.
El año pasado, un juez de Estados Unidos condenó al gigante farmacéutico Johnson & Johnson a pagar 417 millones de dólares a un ciudadano que contrajo cáncer por usar uno de los talcos producidos, que contenía agentes cancerígenos. Este año, se falló a favor de más personas.
Un informe de la agencia Reuters dice que esa empresa sabía desde hacía décadas de que su producto estaba contaminado con asbesto.
Es el último caso de una poderosa industria que calla graves problemas para obtener jugosas ganancias.
Desde los años 50 o 60 las grandes firmas tabacaleras conocían los efectos de su producto en la salud. Y los ocultaron por décadas, hasta que las evidencias las sobrepasaron.
Al menos desde...