Por José Ricardo Tamayo
Universidad Nacional, sede Medellin Facultad Ingenieria Civil, tercer semestre
jostamayo@unal.edu.co
Desde 1921 Medellín ha sido testigo de la gran migración del campo a la ciudad. El Valle de Aburrá se consolidó inicialmente con 91 400 habitantes y ahora se proyecta como una metrópoli de más de 2.5 millones. Esta expansión descontrolada es evidente cada vez que alguien mira las laderas alrededor del río Medellín. Miles de viviendas se alzan sobre las montañas desaforadamente, con difícil acceso y alta concentración poblacional por metro cuadrado.
Como medida de control la Alcaldía de Medellín y la Empresa de Desarrollo Urbano EDU proponen en 2012 el jardín circunvalar de Medellín, con el objetivo de monitorear el crecimiento urbanístico en los barrios de alta ladera, donde hoy se presentan condiciones de riesgo e inequidad. Este proyecto se destaca por su gran impacto social en las comunidades orientales-occidentales de Medellín, en el que las unidades de vida articulada (UVA) marcan un límite de crecimiento habitacional y se proyectan como espacios donde la cultura y la transformación social son los protagonistas.
Los objetivos transversales a este proyecto consideran también espacio público incluyente y estructurador de territorio, viviendo digna, segura, sostenible y accesible, sostenibilidad integral del territorio y conectar el territorio con calidad. De estos objetivos se destaca la sostenibilidad del territorio, que busca un equilibrio ambiental y social por medio de la conservación y la restauración del patrimonio arqueológico de las laderas, así como la mitigación del riesgo. En la zona de borde se han identificado vestigios de construcciones ancestrales como caminos prehispánicos, campos terraza y vallados en piedra.
También, se posiciona como la propuesta más significativa debido a que tiene como objetivo mitigar la erosión de terrenos adyacentes en las laderas de Medellín, considerando los deslizamientos que se han presentado en los últimos años en los barrios más retirados, como Villatina hace más de treinta años, Manrique o Altavista. El proyecto Jardín circunvalar busca delimitar el territorio de construcción mediante un cordón verde que indica hasta qué punto puede habitarse la ladera. Con esta propuesta se prevé eliminar posibles deslizamientos por fallas geológicas en los terrenos más altos y evitar los asentamientos que pongan en peligro la salud y bienestar de los habitantes.
*Taller de Opinión es un proyecto de
El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión
joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades
e instituciones vinculadas con el proyecto.