Un 14 de diciembre como hoy, día de san Juan de la Cruz, estuve conversando con mi tío, el padre Nicanor, sobre la experiencia del secuestro. Fue suya la idea de que el gran poeta místico carmelita podría ser el patrono de los secuestrados.
-Porque él también fue víctima de un secuestro. Ya te he contado la historia. Al tiempo de haberse embarcado en 1568 con Santa Teresa en la reforma de los carmelitas, empezando diciembre del años 1577 y por orden de la antigua comunidad de la que se había escindido, fue sacado de Ávila por la fuerza, llevado a Toledo y encerrado en una cárcel conventual. A la vuelta de casi nueve meses de soledad y vejaciones, el frailecito se escapó en plena noche, descolgándose desde la ventana con un cordel de mantas enlazadas.
-Un poeta encarcelado y fugitivo.
-Cuando se fugó llevaba consigo un cuadernillo con poesías escritas en la cárcel, entre ellas el “Cántico Espiritual”.
-Y la “Noche Oscura”, supongo.
-No, el poema de la Noche no lo escribió en la prisión, sino unos meses más tarde, fresca todavía la pesadilla de su secuestro. Esa vivencia fue el origen de la metáfora, la inspiración para una de sus más geniales creaciones poéticas y teológicas. La Noche Oscura, como dice el carmelita español Gabriel Castro, es un patrimonio de la humanidad y es aplicable no sólo al proceso espiritual y místico, sino a muchas otras dolorosas experiencias en las que la condición humana es sometida a situaciones límites de sufrimiento y purificación. Como el secuestro, por ejemplo, que es, para decirlo con palabras del santo, una horrenda noche.
-La horrenda noche oscura de los secuestrados, de los presos.
-”La noche oscura de san Juan de la Cruz -dice el autor que te nombro- se revela valiosa no solo por su vigor descriptivo, su profundidad simbólica y su belleza literaria, sino por su fuerza esperanzada y esperanzadora, por su enérgica y lúcida afirmación de la victoria final del amor y la libertad en todo proceso humano que permanezca abierto al misterio de Dios”. Esto último, hijo, es exactamente la noche de Navidad.
-Pues, padre, que el santo carmelita, encarcelado y fugado, quien para nosotros dos podría ser el patrono de los secuestrados y cuya Noche Oscura ilumina ésta y otras pérdidas de libertad, como la drogadicción o la obcecación política e ideológica, por ejemplo, nos acompañe siempre que nos veamos presos, cautivos. Que el santo poeta nos abra una puerta a la esperanza. Y algún día, la puerta de la libertad