Todo comienza Si una noche de invierno un viajero. De repente, La verdad sea dicha, dice Germán Espinosa, El gran Burundún Burundá ha muerto, pero resistirá el paso del tiempo. La luz difícil está muchas veces al lado de La historia de Horacio, pero pocas veces junto a Lolita, la traviesa jovencita prefiere estar más cerca de El profesor del deseo, de El hombre al que amó o a la que, simplemente, le gusta ser Una chica en la carretera.
Alicia a través del espejo habla con el Mosquito sobre la importancia del nombre, mientras que Ana Karénina se arroja al tren al comprender la inutilidad de su lucha. Pero no todas las luchas fracasan, a veces una Rebelión en la granja nos dice que no siempre nos podemos dejar de La insoportable levedad del ser, ni podemos caer en La hoguera de las vanidades. Tom Sawyer demuestra que la vida misma es una aventura y que es posible tener algún día Dos años de vacaciones.
Cada ser humano debería pensar muy bien su Tratado sobre la tolerancia, compartirlo como si fuera un Contrato social, más en estos tiempos donde hay tanta agresividad; pensar en los Diálogos, tener conciencia de El valor de educar hasta comprender La importancia de vivir; al fin y al cabo, todo es Humano, demasiado humano.
Ante La decadencia de Occidente lo mejor sería que llegáramos a un acuerdo: La historia de la humanidad (debería ser) contada por un gato. A la Biblia no le importa si ojeas primero el Kamasutra o el Decamerón, o si quieres conocer La vida sexual de Catherine Millet, leer las historias de Pierre Louis, o las Memorias de una cantante alemana, mucho menos si puedes interesarte más por el Corán, o por la historia de El diablo; ella sabe muy bien lo que tiene, no duda del erotismo que despliega El cantar de los cantares, que magníficamente ha inspirado a los santos más sensibles de la humanidad, y hasta el libro más reciente de Laura Restrepo, Canción de antiguos amantes.
Y así nos vamos dando cuenta de que El principito no creía en Drácula, mucho menos en Frankenstein, ni en Los asesinatos de la calle Morgue, ni en El gato negro, ni en nada que tenga que ver con las Historias extraordinarias; si mucho, le hubiera gustado haber leído las Crónicas marcianas y, tal vez, haber conocido a Oliver Twist. Cada libro es puro Amor en la nube.
Cuando se va a una biblioteca porque sí y se miran los títulos con calma, todo se vuelve una gran historia. Es como Rayuela, siempre aceptamos el juego de buscar algo que nos encante, nunca sabemos con qué nos vamos a encontrar; por eso un lector es un caminante que sabe detenerse apenas los ojos vislumbran un mundo