“A través de aquellos simbólicos barrotes que separaban los dos mundos, la quinta y la carretera, el niño pobre enseñaba al rico su juguete y este lo examinaba con avidez como un objeto raro y desconocido. Pues bien, el juguete que aquel chico hostigaba, excitaba y sacudía en una caja con rejas, ¡era una rata viva! Sus padres, sin duda por economía, habían sacado el juguete de la vida misma. Y, los niños se sonreían el uno al otro fraternalmente, con dientes de igual blancura”. Es este un hermoso fragmento del libro Obra poética completa, de Charles Baudelaire.
Traigo a cuento esa escena, por las impresionantes fotografías que recientemente encontré en “Galimberti ‘s Toy Stories”, un proyecto que compila fotos de niños de todo el mundo con sus...