Los partidos de gobierno, Liberal, Conservador y de la U, presentaron su contrarreforma con la que buscan ofrecer una alternativa que mejore y preserve el actual sistema de salud. Lo hacen sobre el articulado presentado por el Gobierno, quitando algunas cosas, agregando unas nuevas y modificando otras.
Su resultado es el mismo y aún peor. Acaba el sistema de aseguramiento social y las EPS, aunque de forma elegante. Mediante artilugios semánticos y retórica política le dicen a las EPS sí pero no. En esta propuesta la ADRES asume el 100% de los pagos, dejando a las EPS como simples administradores que auditan las facturas para que las pague esta entidad. ¿Cómo puede una EPS responsabilizarse por los servicios que un prestador ofrezca a sus usuarios si no es ella quien los paga? El que pone la plata pone las condiciones.
Afirman que las EPS “no tocan la plata”, reciben un “5% por administrar” y un “3% de incentivos al desempeño”. ¿Qué se entiende por desempeño, tener la gente sana y contenta o ahorrar plata? Si es lo último ¿significa que la EPS ya no corren riesgo financiero alguno dejando de ser un asegurador y que cualquier exceso lo pague el gobierno? Siendo así, ¿qué motivo tendrían las EPS para ahorrar plata si de todas maneras les van a pagar lo mismo?
Si desempeño es tener la gente sana y contenta, ¿quién pone la plata para hacerlo? Claramente serán recursos adicionales del gobierno que ya no dependerán de lo que hagan las EPS. Ésta buscará ahorrarse el riesgo reputacional que hoy las tiene agobiadas y el costo de manejarlo que vale más de lo que recibirían como incentivos. Las quejas por el mal servicio, las tutelas o el no pago a los prestadores se diluirían sin solución en la trama burocrática de decenas de nuevas instituciones.
Además, agregan dos elementos que favorecen intereses particulares en contra de los usuarios, la cobertura de servicios y las finanzas del sector. El primero, prohibir que el asegurador pueda ser dueño de un prestador y obligar a que quienes lo sean los vendan. Es un absurdo que desconoce que fue gracias a los seguros sociales en todo el mundo desde que se crearon en 1945, que se pudo construir hospitales donde no existían. Y menos cuando se reconoce que hacen falta en media Colombia y que el gobierno no tiene como financiarlos. Peor aún, muchos servicios desaparecerían al no encontrar quien los compre, ¿olvidan que las clínicas del ISS las tuvieron que regalar?
El segundo, proponen tarifas únicas para pagar los servicios, eliminando cualquier motivación para que el prestador se esfuerce en hacerlo mejor y más barato. Por esta razón y por el perjuicio al usuario quien deberá pagar más por un peor servicio, es que ninguna de estas dos medidas es utilizada en el mundo, salvo en circunstancias específicas.
El remedio propuesto, resultaría peor que la enfermedad, quizás con buenas intenciones, pero técnicamente mal planteado.