La guerra destruye y daña; engendra muerte y odio. Después de décadas sin tregua, la guerra está entre nosotros.
La guerra no ha sido tanto de campos de batalla entre guerreros como de enfrentamientos intestinos y luchas por botines. La escisión maestra de Estado contra insurgencia es tan solo uno de los fraccionamientos que debe ser saneado en el marco del proceso de paz. De hecho, puede ser uno de los más fáciles de resolver, puesto que las partes opuestas han manifestado su voluntad de pactar una salida negociada a la disputa. Los polos no necesariamente se acercarán, pero marcarán reglas de juego para su futuro relacionamiento. El esfuerzo y el impacto de esa decisión y de ese proceso son extraordinarios – no deben ser menospreciados – pero...