Hoy leemos en la Iglesia tres lecturas que invitan a pensar a creyentes y no creyentes. La primera de Isaías, habla del Dios de los ejércitos, la segunda del Dios de Nuestro Señor Jesucristo, y la tercera del ser humano.
El Dios de los ejércitos es una expresión que uno no quisiera encontrar en la Biblia. Pero está allí. Porque es a través de la historia real, de pasiones personales y colectivas, de hombres y mujeres que aciertan y se equivocan, como Dios se nos ha ido revelando, en una mezcla compleja de acontecimientos complementarios y no pocas veces contrarios y contradictorios. Tendrán que pasar siglos para que los pueblos entiendan que Dios nada tiene que ver con la guerra. Por eso al Antiguo Testamento hay que leerlo desde Jesús. El Dios...