Colombia ha padecido 63 masacres con 324 víctimas entre 2020 y lo que va de 2021. Así lo reflejan los últimos datos del fiscal General Barbosa. Por desgracia, Antioquia es el departamento del país con más muertes por masacres, 68 nada menos. Le siguen Nariño, con 36 víctimas, y Cauca, con 34. Así, pues, el 50 % de la violencia sobre la que se tiene constancia se da en estas tres zonas del país. El resto de casos se reparten en el Valle del Cauca, Meta, Arauca, Norte de Santander, Cundinamarca, Bolívar, Sucre, Quindío y Huila. La Fiscalía atribuye las masacres a organizaciones criminales, como el Clan del Golfo, los Caparros, el Eln, renegados de las Farc y bandas criminales más pequeñas, pero muy activas, como La Agonía, Los Rastrojos y Los Pájaros.
También la Defensoría del Pueblo ha hecho públicos datos de violencia de los primeros seis meses del año, con el asesinato de 78 líderes sociales, comunales o defensores de derechos humanos. Una leve disminución respecto al mismo periodo del año anterior. La mayoría de los 78 asesinatos de estos líderes sociales tuvo lugar en Antioquia (17 casos), seguido de Valle del Cauca (12), Cauca (9), Nariño (6) y Chocó (5), los departamentos de la costa pacífica donde más violencia se concentra. La Defensoría también reflejó que, respecto al mismo período del año pasado, los homicidios bajaron de 90 a 78. Por su parte, la ONU tiene registrada una cifra superior de 133 homicidios en 2020, con 90 de ellos verificados. Otros organismos sociales como el Instituto de Desarrollo de Estudios para la Paz (Indepaz), que recibe las denuncias directas de las comunidades, contabilizó 310 asesinatos el año pasado y 108 en lo que va de año.
Leo con pesar que un grupo de sicarios ha matado a tiros a un concejal de la antioqueña Zaragoza, quien había denunciado en numerosas ocasiones la corrupción en los manejos de su pueblo, y que el gobernador del departamento de Magdalena, Carlos Caicedo, se ha visto obligado a huir del país por unas presuntas amenazas de muerte emitidas por el grupo armado Clan del Golfo, que se disputa el territorio por el narcotráfico en la ciudad de Santa Marta.
Caicedo salió de Santa Marta el pasado jueves. Las amenazas ya se han puesto en conocimiento de la Fiscalía, que iniciará una investigación para esclarecer los detalles y proteger la vida del gobernador. Es la segunda vez que Caicedo es objetivo de un grupo criminal colombiano. En 2020, el grupo Los Pachenca también ordenó asesinar a la autoridad local, lo que obligó a activar diversos protocolos para garantizar su seguridad.
Creo que es obligación del presidente Duque poner orden entre tanto caos. De inmediato debe restituir en el cargo al gobernador Caicedo y combatir esas amenazas con toda la fuerza que le han otorgado los votos. Una declaración para salir al paso no es suficiente. No puede haber impunidad para los matones del barrio, sean narcomarxistas o narcos a secas. Estos registros son propios de Afganistán o Sierra Leona, no tanto por el número cuanto por la sensación de que el país está en manos de los malos, de un puñado de caciques y clanes que hacen de su capa un sayo. ¡Basta ya!