La inocencia es la conquista del hombre al morir, no el tesoro del niño al nacer. El niño es inteligente, egoísta y caprichoso, y su lenguaje, de comprobada eficacia, la pataleta. Y más ante el adulto, abobado y egoísta, que baila al son que el niño le toca.
Inocencia es una palabra compuesta. La i es negación, y nocencia, del latín nocere, es dañar, causar maltrato, dolor, echar a perder. Inocente es el que no hace daño. La inocencia no es una cosa, sino una persona, Dios aconteciendo en el hombre. La creación es la acción continua del Creador, que llena de inocencia cuanto crea, al hombre en especial.
El paraíso del Génesis no es el lugar del cual venimos, y que perdimos por culpa de nuestros primeros padres. Es la maqueta de lo que estamos...