“La abuela era la que tenía la memoria de todo lo que había ocurrido en la familia; ella sabía los secretos de todos, ella conocía de sus lágrimas y sus tristezas, sus motivaciones y resultados; ella era el libro donde se escribía nuestra historia, había sido testigo y parte de nuestras vidas”, eso me decía una joven el día de la cremación de su abuela.
Ahora, que la abuela se ha ido, otro será el guardián de esa memoria. Seguramente otra persona de esa familia repetirá lo oído de ella y extraerá de esas memorias las valiosas lecciones aprendidas, tanto para lograr el éxito de los miembros de la familia como para no repetir los mismos errores.
Esta es una manera sencilla de entender qué es la Memoria Histórica de un país, de la que tanto se habla...