Según Donald J. Trump, un “fraude electoral a gran escala” está sucediendo y las elecciones están “arregladas”. Políticos de todos los campos han criticado esta absurdez como algo apartado de la realidad, deteriorante para nuestra democracia y sin precedentes en nuestras elecciones.
Es bueno observar tal resistencia bipartidista, pero los críticos están equivocados en eso último. Alegatos con poco fundamento de infracciones electorales han sido utilizados a través de la historia americana, con frecuencia por parte de quienes quieren restringir el voto.
Un artículo de 1875 en el Houston Telegraph dejó claro quiénes eran los potenciales vendedores de votos: “El negro bajo, rastrero, igual ante la ley, comprable, que no paga impuestos” y que había...