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Fueron cicateros los resúmenes del año 2022 al no destacar como era debido uno de los acontecimientos más importantes en la vida cultural internacional del 2022, cual fue el otorgamiento a una mujer del premio Nobel de Literatura, la francesa Annie Ernaux. Recordemos que en Latinoamérica solo una, la chilena Gabriela Mistral, lo ha ganado. Annie Ernaux es la primera escritora francesa que lo recibe, para matricularse así en la estrecha galería copada por varones, como los grandes escritores de la humanidad.
La historia de la literatura femenina comienza a ponderar sus propios valores. Mil quinientos años antes de Homero, una poeta y sacerdotisa, llamada Enheduanna, escribió en lírica que resuena en los mismos salmos de la Biblia. La apodaron mucho después “la Shakespeare de la literatura sumeria”. A ella, sostiene la escritora Irene Vallejo, “se le atribuye el honroso título de haber sido la primera persona en describir el misterioso parto de las palabras poéticas, que silenciaban la teoría del filósofo Demócrito según la cual callar en público era el mejor adorno femenino”. Era una civilización que sin escrúpulo alguno proclamaba que el culto a la palabra solo pertenecía a los hombres. Atenas, madre del pensamiento, fue “la ciudad griega más represiva con las mujeres”. Luego, en Persia, siglo X, apareció Sherezade con sus narraciones fascinantes de las Mil y una noches.
En el siglo XVI, época de Cervantes, apareció Teresa de Ávila, la gran reformadora que le dio poesía, pensamiento y alegría al contenido cristiano de la vida. Un siglo después, otra monja, puso algunos cimientos para buscar la igualdad de género en la sociedad: la mejicana Sor Juana Inés de la Cruz. Esta no solo desafió en su labor religiosa los privilegios otorgados a los hombres, sino que dejó conocer versos que aún hoy se recitan en medio de las costumbres de desigualdad de trato que intentan cerrarse en el mundo: “Hombres necios, que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis”.
Brilla en el siglo XX la intelectual y escritora francesa, compañera de Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, inspiradora de la nueva Nobel de Literatura. Su libro El segundo sexo irrumpe como un evangelio laico para enviar mensajes de reivindicación femenina. Con ese texto, “revolucionó los valores tradicionales femeninos y contribuyó decisivamente a la liberación de la mujer”. Abrió las puertas en ese siglo XX para que la mujer tomara conciencia del papel que en justicia le corresponde en una sociedad machista.
Hoy no solo alzan su voz empoderada sino su pluma. Ya hace décadas que entraron en la política, en la academia, en la universidad, en la vida empresarial y hasta en el fútbol, para romper los viejos vínculos de una relación que era como del amo con la esclava, y luego en actuaciones y dramas como simples muñecas de las mafias
