Hacen falta apenas cinco minutos para reservar un vuelo a Kuala Lumpur, un hotel o un apartamento en la capital malaya, un transporte al aeropuerto y comprar acciones en la bolsa de Fráncfort. Todo desde el celular y sin necesidad de pasar por los intermediarios de toda la vida. Sin agencias de viaje, costosas llamadas o esperas interminables. La revolución digital está cambiando la forma de hacer las cosas y los periodistas no somos los únicos en sufrir sus efectos. Ya no resulta extraño que alguien reserve un Uber después de cenar para seguir la romería hacia algún club de moda. Tampoco que las vacaciones se planifiquen a través de Booking, Trivago o Airbnb, o que “salgamos” de compras vía Amazon o eBay. Como dictan las leyes de la oferta...