Toda la Iglesia es misionera por naturaleza. Misionar es prolongar la actividad de Jesús hasta llevar a todos los rincones del mundo la salvación por él traída. Excusarse con la “buena fe” de los paganos en países cristianos o en tierras de misión para detener la actividad misionera significaría no haber entendido el porqué y el para qué del mensaje. La salvación ofrecida por Dios en Jesucristo debe llegar al conocimiento de todos. Es la conversión: Dios como finalidad de la vida y como centro de toda actividad; expulsión de los demonios: Dios es más poderoso que las fuerzas del mal; curar enfermos: el dolor no es definitivo en la vida del hombre.
Este anuncio pide signos de credibilidad por parte de la vida de los que lo anuncian: es la sencillez...