Síguenos en:
Juan José García Posada
Columnista

Juan José García Posada

Publicado

La vejez juvenil de un profesor

Por juan josé garcía posada

juanjogp@une.net.co

Siempre he sido reacio a incluir asuntos personales en esta columna o en mis tiempos y espacios públicos y profesionales. Por esta vez debo decir como un ingenioso amigo: Modestia, apártate. Se muy bien de la advertencia implícita en este aforismo: La alabanza propia es vituperio. Seré discreto y mesurado, entonces. Sin embargo, me han abrumado numerosos alumnos y discípulos con los mensajes que me han escrito con motivo del Día del Maestro. Puse esta nota escueta en mi tablero de Facebook: De Maestro no tengo nada más que el tiempo vivido y gozado. Sólo he querido ser un buen colega de miles de alumnos y discípulos desde hace 48 años. ¡Gracias por recordarme!

Al sorprenderme con la lista de colegas que he reunido en clase he estado evocando momentos, episodios, rostros y ademanes, acuerdos y descontentos, las esquinas que escogían para atender, ciertos debates y conflictos memorables, la diversidad de percepciones y actitudes hacia este modesto profesor (desde quien sigue calificándome de autoritario hasta el que sostiene que fui una madre) y el día en que me convencí, al entrar al salón, de que ya estaba viejo, pero descubrí que esta es una misión palingenésica, rejuvenecedora, vital.

Empecé en agosto de 1972, con el equipo que armó Ignacio Arizmendi Posada como Decano de la Facultad de Comunicación de la Bolivariana. Dicté primero Radioperiodismo. Era juvenil reportero de EL COLOMBIANO y presentador de noticias de RCN. Con un grupo competentísimo iniciamos nuestra participación entusiasta en Radio Bolivariana. Han pasado 48 años, me honra ser el profesor activo más antiguo de la Facultad, donde hasta ahora he seguido dictando Ética y Opinión. Y he perseverado sin buscar nada distinto de la alegría íntima de ayudar a la formación de periodistas que le sirvan a una sociedad urgida de guías decentes en tiempos de perplejidades y engaños.

Retomo la introducción del libro magnífico de George Steiner sobre el discipulado en la historia, Lecciones de los Maestros: “La profesión del «profesor» ... abarca todos los matices imaginables, desde una vida rutinaria y desencantada hasta un elevado sentido de la vocación. Comprende numerosas tipologías que van desde el pedagogo destructor de almas hasta el Maestro carismático. Inmersos como estamos en unas formas de enseñanza casi innumerables, raras veces nos paramos a considerar las maravillas de la transmisión, los recursos de la falsedad, lo que yo llamaría –a falta de una definición más precisa y material– el misterio que le es inherente. ¿Qué es lo que confiere a un hombre o a una mujer el poder para enseñar a otro ser humano? ¿Dónde está la fuente de su autoridad?”. Sigo rumiando respuestas, mientras les renuevo mi gratitud a tantos alumnos y discípulos que me han conmovido con sus palabras .

Porque entre varios ojos vemos más, queremos construir una mejor web para ustedes. Los invitamos a reportar errores de contenido, ortografía, puntuación y otras que consideren pertinentes. (*)

 
Título del artículo
 
¿CUÁL ES EL ERROR?*
 
¿CÓMO LO ESCRIBIRÍA USTED?
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO

Datos extra, información confidencial y pistas para avanzar en nuestras investigaciones. Usted puede hacer parte de la construcción de nuestro contenido. Los invitamos a ampliar la información de este tema.

 
Título del artículo
 
RESERVAMOS LA IDENTIDAD DE NUESTRAS FUENTES *
 
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Teléfono
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO
LOS CAMPOS MARCADOS CON * SON OBLIGATORIOS
Otros Columnistas