Calmada, segura y ajena a los vaivenes de la indecisión. Está vestida con una camisa capaz de revelar sus hombros bronceados que recuerdan el mar, un lugar que le gusta. En la sala de su casa, Mercedes Villegas cuenta que fue en ese sitio de la naturaleza donde empezó parte de lo que vive. Recuerda que un día empacó maletas y con su marido y tres hijos, viajó hasta el mar para desconectarse un par de meses. Al principio se sentía rara cuando no revisaba el celular o el correo electrónico. Sin embargo, cada día fue más fácil hasta que llegó a un estado de tranquilidad y conexión con ella. “Empezaron a llegarme imágenes de auditorios donde veía mucha gente”.
A su regreso a Medellín y con el camino claro, creó con su socio William Fernando Sánchez...