Por MARÍA CECILIA JARAMILLO MEJÍA
Señora Directora:
En primer lugar quiero agradecerle la receptividad y la amable consideración de que fui objeto, tanto de su parte como del Defensor de Audiencias, a propósito de mi reciente queja; luego, felicitarla sinceramente por su entereza, claridad y valor para tomar las decisiones que ameritaba el lamentable asunto y que, a no dudar, serán dolorosas pero ejemplarizantes.
Su actitud y el talante que hoy (21/01/2016) exhibe el periódico en su editorial [“El deber de la honestidad”] hace que recupere la confianza en la honradez de un medio que, muy a pesar de las puntuales diferencias conceptuales que yo haya podido tener con él, debo reconocer, cumple desde hace más de una centuria un rol importante e...