Por Filanderson Castro Bedoya
Universidad de Antioquia
Psicología, semestre 9
filanderson3@hotmail.com
Un nuevo desafío se han encontrado los programas de alfabetismo en Colombia, pues a pesar de que su objetivo final sea que la totalidad de pobladores del país puedan descifrar, codificar y transmitir correctamente nuestro idioma, poco útil resulta si esos individuos, que leyendo y escribiendo disminuyen las cifras de analfabetismo en las bases de datos, no tienen mucha idea sobre los contenidos que ahora pueden leer, dejando de lado la semiología, la construcción de ideas o el pensamiento crítico.
De este modo, al contrario de lo que dichos programas culturales buscan; que la información sea un derecho y bien común para todos, nos encontramos con una brecha de desinformación y mala interpretación enorme, que apoyada en técnicas de manipulación mediática como las “Fake News” y el amarillismo producen un fenómeno de confusión colectiva que conlleva incluso a comportamientos y formas de pensamiento violentos.
A pesar de que el fenómeno es atribuido a aquellos que obtienen las habilidades de lectura y escritura luego de superar ciertas etapas del desarrollo humano, es más que evidente que los niveles de comprensión lectora han disminuido vertiginosamente en la totalidad de la población, principalmente preocupante en las instituciones educativas, donde la lectura, la comprensión y el pensamiento crítico deben ser los pilares fundamentales en la formación de ciudadanos que puedan cambiar el rumbo de un país atrasado por el engaño y la corrupción.
Muchos factores han sido atribuidos a la disminución del nivel de compresión lectora, entre ellos, el acceso ilimitado que internet brinda a la transmisión y recepción de información, especialmente a las redes sociales, cuyos contenidos cortos y directos nos han convertido en un colectivo de microlectores que creen comprender todo lo que leen, pero que lastimosamente carecen de cualquier habilidad interpretativa cuando se presenta ante ellos un texto que excede las 20 palabras.
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