Yo creo que ante la incertidumbre lo mejor es leer. Leer para apaciguar un poco la vida, para distanciarse de las cosas y pensarlas mejor. Para descubrir que una respuesta puede estar en medio de una conversación irrelevante de una novela, en un soneto, en una narración bien leída en voz alta. Lo confieso. A mí me cansa fácilmente el país. Cuando eso me pasa, me pongo a leer, así como otros comen helado cuando están ansiosos o rezan para buscar consuelo. Cuando yo leo, casi siempre recupero la esperanza, vuelvo a creer, pienso que aquello que era grave no lo es tanto y aquello que más o menos me preocupaba desaparece en la medida que paso las páginas y trato de entender la vida de las historias.
Ante esa incertidumbre, la semana pasada leí un...