Sin pretenderlo, me vi leyendo de manera simultánea dos libros que retratan muy bien lo que ha sido el conflicto en Colombia: “Río muerto”, de Ricardo Silva Romero, y “La niebla no pudo ocultarlo”, de Albeiro Echavarría. Dos historias dolorosas con algo de esperanza, como si en medio de todo, así los colombianos suframos lo que sufrimos, una voz nos dijera: “sabes qué, solo tenemos esta vida para creer en la bondad”. Digamos que toca seguir intentándolo hasta que algo pase, hasta que futuras generaciones...