Por Henry Roberto Solano V. *
Por Henry Roberto Solano V. *
Es evidente que las personas, en la medida en que van envejeciendo, pueden ir adquiriendo un mayor número de enfermedades, como diabetes, hipertensión, cáncer, obesidad, entre otras. Por esa razón, si el mayor número de muertes producto del coronavirus se produce sobre personas que tienen enfermedades preexistentes (diabetes, hipertensión, cáncer, obesidad), es evidente, también, que es más probable que las muertes por coronavirus se den respecto de personas mayores de 70 años. Por supuesto, esto no significa que toda persona mayor de 70 años, en sí misma, tenga un riesgo mayor de morir por coronavirus que un menor de 70 años. Tiene más riesgo, esto también es evidente, un joven con obesidad, diabetes e hipertensión que un mayor de 70 años que no tenga esas enfermedades.
Por ello, una medida de confinamiento obligatorio, si lo que se pretende es proteger la vida de las personas, debe intentar proteger, especialmente, a las personas con enfermedades preexistentes como las anotadas, sean mayores o menores de edad. En consecuencia, someter a los mayores de 70 años a un confinamiento obligatorio estricto, atendiendo simplemente a su edad, sin atender a si tienen o no enfermedades preexistentes, resulta desproporcionado, además de que puede generar, en esa capa de la población, niveles de ansiedad, depresión y afectaciones sicológicas, en general, que pueden, incluso, provocar enfermedades de diversa índole.
Debe, entonces, permitirse a los mayores de 70, sin enfermedades preexistentes como las anotadas, gozar de las mismas libertades que todas las demás personas. No hacerlo, supone una clara violación a sus derechos, libertad y dignidad, y un desconocimiento de algo elemental: la madurez y experiencia propias de los mayores (que deben ser respetados como “abuelos” y que no pueden ser menospreciados llamándoseles “abuelitos”), son más apropiadas para adoptar medidas de autocuidado que la inexperiencia inherente a la juventud. Por lo mismo, los mayores de 70 años son personas menos propensas a violar las normas de distanciamiento social, por ejemplo, a organizar o a asistir a fiestas clandestinas realizadas, usualmente, en residencias, hasta altas horas de la noche, contrario al comportamiento asumido, por algunos menores de 70, que tantos problemas vienen generando en distintos lugares.
*Abogado, doctor
en Filosofía.