Que los estudiantes tengan que salir masivamente a marchar para demandar presupuestos para el sostenimiento de sus programas, constituye realmente una señal muy dolorosa para cualquier país.
Entendemos que financiar debidamente la educación en Colombia ha sido una tarea difícil, pero la razón ha estado en que nunca se han identificado las prioridades y esta es la razón por la cual el problema se acumula y cada vez presenta dimensiones más preocupantes.
Saber que el déficit para funcionamiento llega a los $3.2 billones y que el de infraestructura bordea los $15 billones resulta ser verdaderamente alarmante, sobre todo con un sector tan fundamental para la formación de la sociedad y para la obtención de los niveles de desarrollo apropiados.
Desde...