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Maestro Botero, hasta siempre

El maestro, con ese lenguaje tan singular que lo hizo inconfundible, internacionalizó el arte latinoamericano como un testimonio valiente de nuestra idiosincrasia.

25 de septiembre de 2023
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  • Maestro Botero, hasta siempre

Por María Bibiana Botero Carrera* - www.proantioquia.org.co

Una búsqueda vital de Antioquia ha sido la de conectarnos con el mundo. Quizás hemos tenido la sensación de estar aislados por una imponente y también preciosa condición de la naturaleza con nuestras montañas, sumada a esa tendencia de costumbrismo, regionalismo y arraigo que a veces nos pone lejos de todo y de todos. Para algunos es provincialismo puro.

Fernando Botero, el hombre y el artista, nos corrige. Su legado es cambiarnos el punto de vista de nuestra realidad y enseñarnos que nuestro mundo, nuestra estética, que en muchos sentidos es la que él ha construido, nuestros dolores y alegrías, son tan valiosos como los de cualquier cultura de esta casa común. Su muerte, dolorosa por la ausencia que nos deja, es un grito para entender el tamaño de su obra y el significado que tiene para esta sociedad.

Un joven de Medellín que inició como aprendiz de torero en los años cincuenta, que se buscó la vida a punta de lápiz y pincel por Estados Unidos, México, Florencia, y logró reconocimiento después de mucha brega. Un trabajador incansable, pintor y escultor.

Un estilo, con el volumen como protagonista, que pasó por los temas más variados: amables, típicos de la pintura tradicional, y otros de realidades inaceptables que movilizaron su sensibilidad para alzar la voz y denunciar la violencia, el cinismo y la hipocresía del poder. Desde los generales en las dictaduras militares de los setenta, siguiendo por la violencia del narcotráfico, la búsqueda de la paz en Colombia, hasta las torturas de Abu Ghraib en la guerra de Estados Unidos con Irak. Botero nos invitó a defender la civilización, la razón y el humanismo por encima de la barbarie. Eligió no ser neutral.

El maestro, con ese lenguaje tan singular que lo hizo inconfundible, internacionalizó el arte latinoamericano como un testimonio valiente de nuestra idiosincrasia. Rompió los límites con sus volúmenes. Nos conectó, aún lo hace, con las esencias más básicas de los seres humanos. Llegó a cientos de miles de personas con sus exposiciones en los cinco continentes. Logró ser universal. Un antioqueño con mundo pero con nuestras raíces siempre presentes.

Nos falta vida para comprender la magnitud de lo que significó Botero para nuestra sociedad y el arte colombiano. Es el artista que más expuso en vida. El más grande para Colombia.

Siempre mantuvo su vínculo con nuestro departamento: “Mi alma sigue y no se ha ido nunca de Antioquia”. Jamás renunció a volver y sentirse como en casa. Su casa.

Además de todas sus contribuciones y donaciones generosas, su mayor legado es mostrarnos que el arte es una posibilidad real en la vida. Tal y como lo fue para él.

Saber que allí donde está una escultura de Botero en Nueva York, Londres, Barcelona, Madrid, Dubái, Santiago, Buenos Aires, y sobre todo en Medellín, es punto de encuentro con quienes queremos y con nuestra propia humanidad.

Maestro, gracias por una vida generosa, por su talento y por ver en estas montañas a su hogar.

También deseamos que esta voluntad que dejó marcada en una entrevista a El Colombiano se le haga realidad: “Que mi alma vaya a una tienda donde vendan aguardiente”.

Posdata: En la búsqueda que tenemos desde Proantioquia y que va en sintonía con preservar el legado del maestro de permitir que el arte sea una posibilidad en la vida de los antioqueños, la Promotora Cultural, que reúne esfuerzos y capacidades de un grupo de empresarios antioqueños y organizaciones sociales, lanzó su primera convocatoria abierta para la sostenibilidad de organizaciones culturales del departamento. Encontrémonos ahí también.

*Presidenta Ejecutiva Proantioquia

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