A veces por hacer bonito se hace feo, ciertos favores resultan siendo maldiciones, y como todas la “flores” no huelen bien, como el olor a cadáver de la Titan Arum, que afortunadamente solo florece tres o cuatro veces en sus casi cuarenta años de vida, hasta ciertos halagos parecen diseñados por los enemigos.
En abril 5 de 1916 quien hacía la sección “Variedades” de este periódico quiso echarles una flor a las mujeres, pero si lo hubiera hecho la semana pasada estaría buscando el manual de Bin Laden de escondites de las montañas afganas de Tora Bora. Decía el que ahora agradecería por estar muerto: “la mujer por su propia naturaleza, está destinada a las ocupaciones domésticas”... “cuando su voz tiene eco y ascendiente en el seno de la familia,...