Las compañías de seguridad privada son una extensión poco transparente del poder de control y vigilancia que antes se concentraba en la esfera del poder público. Nuestro imaginario de las fuerzas del orden como un poder uniformado y concentrado dejó de ser reflejo de la realidad hace décadas. De manera progresiva, el sector de seguridad se ha transformado como resultado de la creciente privatización experimentada en el mundo. Observamos (sin oposición) como agentes privados realizan mayores labores de seguridad y vigilancia, que antes eran exclusivas del Estado. Colombia no se ha quedado atrás.
El mundo de la seguridad privada mutó del guachimán del barrio, enruanado y empaquetado en una caseta con radio transistor, al despliegue apabullante...