Por Vanesa de la Cruz
Universidad Pontificia Bolivariana
Facultad de Com. Social, 7° semestre
vanesa.de@upb.edu.co
Si a mi vecino y a mí nos preguntaran qué es Medellín, nuestras respuestas serían completamente diferentes. Para mí, Medellín es oportunidad, para él, probablemente lo opuesto. Vivo en Manrique, un barrio de la periferia que, como otros, surgió como resultado de desplazamientos forzados, desempleo y condiciones de extrema pobreza y falta de vivienda y de servicios básicos que llevaron a familias enteras a refugiarse en estos territorios.
Yo he encontrado oportunidades que me han permitido acceder a la educación superior y alcanzar muchas metas. Mis vecinos, por otro lado, no contaron con la misma suerte y, como la mayoría de los jóvenes de las comunas nororientales y noroccidentales, viven con rencor e impotencia en un mundo que les ha negado una infancia feliz y un futuro prometedor. ¿De quién es la culpa? ¿Son ellos los responsables de su futuro, o es el gobierno?
En otros sectores más privilegiados de la ciudad, como El Poblado o Laureles, la visión de Medellín es más positiva: unos creen que es tranquilidad, otros consideran que se trata de experiencias, que “acá hay de todo para hacer”, como ir a restaurantes de comida internacional, visitar malls, rumbear en El Lleras. Para muchos otros, un fin de semana soleado es perfecto para llevar a los niños a “los chorritos” de las UVA del barrio (Unidades de Vida Articulada), o para ir de paseo al Jardín Botánico o al Parque de los Deseos.
Finalmente, para mí es diversidad, o, mejor dicho, diferencia, y no solo cultural, sino también socioeconómica, religiosa, de oportunidades, de visiones... Unos ven una ciudad ordenada, otros vemos caos y suciedad; están los que encuentran seguridad y los que temen a diario por sus vidas, los que tienen casas de varios pisos y los que temen que el techo de la casa se les caiga encima, los que comen en El Cielo y los que le piden al cielo comida para el otro día, los que roban y los que son robados, los que matan y los que son asesinados...
Tal vez por esto Medellín no ha logrado aún encontrar la nueva marca de ciudad: en el Concurso Marca de Ciudad, creado por la Alcaldía de Medellín y que contó con 27 propuestas en 2017, no lograron llegar a un consenso y la competencia fue declarada sin ganador. Desde la Secretaría de Desarrollo Económico esperan que este 2019 Medellín tenga marca de ciudad . n
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